¡Hola lector! Si estas leyendo esto, probablemente quiere decir que tienes algún interés en la ciencia ficción o bien, en la ciencia como tal. Sinceramente espero que tú, lector, ya seas un ávido entusiasta de la ciencia y la lectura y que te atrevas a adentrar en los territorios especulativos de la ciencia ficción. Lo digo así porque la gran cantidad de autores en las últimas décadas, en el género de la ciencia ficción, ha sido dominado por letrados y no por científicos.
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Eso no es necesariamente algo malo, para nada, yo mismo no soy científico. Grandes autores de la ciencia ficción no han tenido nada de formación académica dentro de las ciencias y son considerados como grandes puramente por su talento narrativo que contiene únicamente una pizca de ciencia. Aunque es cierto que últimamente ha habido un repunte de escritores de ciencia ficción adentrados en la ciencia, pienso que el genero de ciencia ficción puede beneficiarse a grandes escalas por la complejidad de los temas científicos, (explorados por científicos de todas las ramas) que hoy aquejan a la comunidad científica. La ciencia podría ser un lenguaje y un tema en común que una a los seres humanos más allá de las barreras de género, religión o ideología.
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Cada vez más el mundo le da espalda a la ciencia. Cada vez se reduce más el apoyo económico a las ciencias y a sus futuros emprendedores en muchas partes del mundo, y eso es causa de gran tristeza. En un mundo envuelto cada vez más en el uso de la tecnología, parece haberse olvidado del largo y arduo desarrollo detrás de sus gadgets o redes sociales. Es un trend peligroso que de seguir así podría envolver a la humanidad en un nuevo periodo de oscurantismo en el cual nos estancamos y nos conformamos con la practicidad o economicidad de las cosas, y no nos preocupamos por lo que aún sondea los fondos del conocimiento científico actual y lo que podría aún hacer por nosotros. Peor aún, la gente podría llegar a un nivel de ignorancia científica tal que podrían ser fácilmente manipulados por aquellos versados en ella, con motivos ulteriores (¿bots afectando elecciones?)
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Esta revista y sus escritos, en cierta manera, son un intento por revertir este trend que se encuentra en un lento declive en cuanto a la reputación e interés en la ciencia. Hace menos de un siglo la humanidad se sintió amenazada por la guerra atómica, y tal vez hoy en día el desdén por la ciencia sea una respuesta hacia aquello que nos tuvo al borde de la aniquilación (y que aún lo es sin olvidarlo). Sin embargo, la ciencia aún será un arma potente para combatir los problemas de la humanidad actual tal y como son el cambio climático, la escasez de recursos naturales y el hundimiento hacia la intransigencia ideológica inflexible. Yo, incluyendo a muchos más, diríamos que los posibles peligros develados por la ciencia son eclipsados por los beneficios que nos puede brindar.
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Si nos damos cuenta de que el mundo es mucho más que nuestras selfies, memes, series o tweets, tal vez podríamos dialogar de una manera común hacia el bien de todos y retomar el emprendimiento hacia las maravillas que aún oculta el universo, tan solo visto desde nuestra bola de polvo llamada Tierra, para salvar una especie y cultura que, al parecer, prefiere dormirse en sus laureles que edificar sobre el legado milenario de científicos, gobernantes, artistas, ingenieros y obreros orquestados por fundamentos científicos, hacia un mejor porvenir de la humanidad. Si hemos llegado tan lejos al entender el mundo natural sin aún habernos aventurado más allá de nuestro sistema solar, lo que espera al llegar fuera de él, por fin, algún día, y hacia el siguiente Sol es verdaderamente inimaginable hasta para el mejor escritor de ciencia ficción. Tratemos llegar allí.
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Sergio Jefferson